viernes, 18 de julio de 2014

¿Camina España hacia una polarización ideológica?

En la teoría de los sistemas dinámicos, una bifurcación aparece cuando una pequeña variación en los valores de los parámetros de un sistema causa un brusco cambio cualitativo en su comportamiento. Observemos que el sistema de partidos en España, desde las elecciones generales de 1977, se ha caracterizado por una competencia electoral por ocupar el espacio político del centro entre dos grandes partidos, primero la UCD y el PSOE, y hasta la actualidad el PP y el PSOE. Entonces, los parámetros básicos del sistema de partidos en los últimos 38 años son dos grandes partidos que se alternan formando gobiernos monocolores y una competencia centrípeta a la que alude la frase: el poder en España se gana en el centro político.

La irrupción de Podemos con el 8% de los votos en las elecciones al Parlamento Europeo y el ascenso de IU, alcanzando el 10%, han alterado el parámetro del número de partidos y, lo que es más importante, ambos han ocupado una parte del espacio político de izquierda en el que el PSOE era hegemónico.

Mi tesis es que esta pequeña variación que ha aumentado hasta cinco (Podemos, IU, PSOE, UPyD, PP) el número de partidos que compiten en España y que ha agudizado la competencia en el espacio ideológico de la izquierda, está provocando una bifurcación que transformará la actual competencia centrípeta en una nueva competencia centrífuga, con dos polos divergentes, como la que se muestra en la figura.

El fundamento de este análisis es el modelo espacial de competencia electoral entre partidos, creado por Anthony Downs en su obra Una teoría económica de la democracia (1957). Aunque este modelo ha recibido críticas basadas en que el espacio político no puede reducirse a una única dimensión izquierda-derecha, Giovanni Sartori en su Partidos y Sistemas de Partidos (1976) ha refinado el modelo con la siguiente hipótesis:


"cuantos más partidos haya, más tenderá su competencia a difundirse a lo largo de un espacio de tipo lineal izquierda-derecha, porque en un mundo caracterizado por los medios de comunicación de masas, un máximo de sencillez visual y un máximo de manipulabilidad representan una combinación casi invencible".

Sartori añade que el espacio de la competencia puede ser multidimensional cuando al menos dos partidos compitan entre sí estableciendo un subsistema diferente. En España, tenemos dos subsistemas políticos en Cataluña y el País Vasco, donde los partidos CiU/ERC y PNV/EH-Bildu compiten en la dimensión nacionalista y por ello los excluimos del análisis de la competencia electoral en España. Sin embargo, algunos de estos partidos podrán participar en las coaliciones que apoyen a un gobierno tras las elecciones generales que se celebrarán en 2015.
 
Para aplicar el modelo espacial de competencia electoral usaremos la autoubicación ideológica entre el 1 (extrema izquierda) y el 10 (extrema derecha) de los españoles encuestados por el Centro de Investigaciones Sociológicas en su Barómetro de junio de 2014.  
 
Observemos que el intervalo [1,2] de la extrema izquierda suma el 9%, el intervalo [3,4] de la izquierda agrupa el 26,3%, el centro [5] el 21,9%, el intervalo [6,8] de la derecha el 16,4% y el intervalo [9,10] de la extrema derecha sólo el 2%. Dado que Podemos e IU, partidos de extrema izquierda, suman el 18% de votos en las elecciones europeas, eso significa que han logrado votantes que se ubican en la izquierda moderada. Otra consecuencia es que el PP, que no tiene competencia por su derecha, necesita ganar el apoyo de todo el centro, en dura competencia con UPyD, para lograr una mayoría suficiente para gobernar o dirigir una coalición ganadora.
 
El hecho crucial es que la izquierda leal al sistema que representa el PSOE teme ser desbordada por la extrema izquierda antisistema representada por IU y Podemos, por lo que se configura una competición entre los tres partidos por ganar territorio en la izquierda. El centro es otro terreno de competición entre el PP y UPyD. En consecuencia, la lucha electoral se polariza con una competencia centrífuga en torno a un polo de izquierda y un polo de centro-derecha.
 
Mi conclusión es que el sistema de partidos en España ha iniciado un camino hacia un pluralismo extremo y polarizado que será inestable porque se alimenta de la competencia extrema entre los partidarios del sistema y los que desean destruirlo. Este camino no es irreversible y los costes y riesgos que conlleva servirán para que el PP y el PSOE, como partidos hegemónicos en los dos polos, puedan cooperar para revitalizar, tras las elecciones generales de 2015, el sistema político de la transición que edificaron los padres fundadores de nuestra democracia.


Este artículo ha sido publicado en ABC de Sevilla, el día 18 de julio de 2014:
http://www.esi2.us.es/~mbilbao/PolarizacionABC.pdf

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