Era un hombre de paz, diálogo y reconciliación. Recuerdo su buen hacer en la Transición Democrática y su valentía al ceder un local, situado encima de su botica de la calle María Auxiliadora de Sevilla, al Partido Comunista de España. Desde allí se organizaron los actos públicos para festejar la legalización del PCE el Sábado Santo, día 9 de Abril de 1977. Mis sinceras condolencias a su familia y amigos, acompañadas de unos versos de Rafael Alberti, poeta de la mar.
Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.
¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla,
y sobre el ancla una estrella,
y sobre la estrella el viento,
y sobre el viento la vela!.
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