Analiza el diario El País la crisis del bipartito PSOE-IU en Andalucía en su editorial del día 17 de abril y les recomienda a ambos partidos que mantengan su pacto hasta las elecciones municipales de mayo de 2015. Este editorial es un ejemplo de razonamiento estratégico y táctico al servicio de la izquierda, aunque trata de esconder su partidismo ponderando la estabilidad política como valor supremo.
Su lectura debería ser un aviso para que el PP andaluz prepare a fondo las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015, sin dejarse confundir por cantos de sirena que propagan elecciones autonómicas anticipadas.
Evitar la inestabilidad
Una semana después de que el Gobierno de coalición entre PSOE y IU en Andalucía estuviera al borde de la ruptura y cuando todavía las heridas no están del todo cerradas, conviene que ambas partes se sienten a evaluar los daños y extraer las lecciones que el episodio encierra. El pacto alcanzado el sábado por el que se restituían las competencias que la presidenta Susana Díaz había retirado a la consejera de Fomento, de IU, ha salvado la coalición.
Pero lo ocurrido muestra la fragilidad de un Gobierno que no parece consciente de la gran responsabilidad que tiene: demostrar que las fuerzas de izquierda pueden entenderse y aplicar políticas sociales alternativas a las del PP. En un país con escasa tradición de Gobiernos de coalición y donde a menudo la necesidad de pactar se interpreta como un signo de debilidad, es importante que la experiencia emprendida en Andalucía culmine los dos años que quedan de legislatura.
Cuanto más tiempo pasa más claro parece que el incidente podría haberse evitado si se hubiera actuado con menos prisas, menos improvisación y más coordinación interna en un problema, el del desalojo de la corrala La Utopía, que llevaba dos años de evolución. Al final se ha visto que no todas las familias desalojadas de la corrala tenían un riesgo tan grave de exclusión como para pasar por delante de las más de 600 que están en lista de espera y que también necesitan una vivienda. El problema ha quedado limitado a encontrar alojamiento para ocho familias, algo que hubiera podido hacerse sin tanto coste político. Está claro que en el encontronazo se dirimían otras diferencias políticas, pero ninguna que no fuera conocida de antemano y que no pudiera gestionarse de una forma más serena y constructiva.
La suspensión del pacto de gobierno puso sobre la mesa la eventualidad de unas elecciones anticipadas, una opción que las dos partes descartan ahora aunque ambas se declaran preparadas para afrontar el envite electoral, una forma de mantener las espadas en alto. Sería un gravísimo error, cuyas consecuencias no solo repercutirían en Andalucía, sino en toda España.
Muy cerca ya de una elecciones municipales en las que es previsible que se tengan que alcanzar pactos entre diferentes fuerzas para formar los Gobiernos, ¿qué mensaje estarían dando PSOE e IU si ahora decidieran dar por finalizado el pacto a mitad de legislatura? Aparte de ofrecerle al PP la excelente baza de que la izquierda es incapaz de entenderse y gobernar, es probable que el electorado tampoco se mostrara entusiasta con quienes no han sido capaces de salvar un Gobierno de izquierda.
El PSOE podría tener la tentación de aventurarse a unas elecciones anticipadas en busca de una mayoría más amplia. Sería una apuesta muy arriesgada: a veces, en lugar de ganar fuerza, se pierde, como le ocurrió a CiU en las últimas autonómicas catalanas. Pero no son cálculos partidistas lo que debe primar. Lo más importante es que ni Andalucía ni España, que luchan por salir de una crisis devastadora, se pueden permitir episodios de inestabilidad política.
José Barros y Enrique Cocero desarrollan argumentos tácticos sobre los votos y escaños que se disputan el PSOE e IU en Andalucía. Su artículo se titula "Razones por las que a Susana Díaz no le conviene convocar elecciones anticipadas" y puedes leerlo pulsando aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario