Sostiene Giovanni Sartori que:
"El comerciante que vende perlas falsas por verdaderas va a prisión; el político que vende humo, con frecuencia lo logra y no va a prisión. Entonces, la diferencia es que en política la concurrencia desleal, mentirosa y precisamente "demagógica" es impune, y a menudo proporciona ganancias (al demagogo o a la demagoga). Legalmente no lo podemos impedir, estamos imposibilitados. El único correctivo es hacerlo público, que no se dejen engañar, cuando menos en masa y todo el tiempo".
"El comerciante que vende perlas falsas por verdaderas va a prisión; el político que vende humo, con frecuencia lo logra y no va a prisión. Entonces, la diferencia es que en política la concurrencia desleal, mentirosa y precisamente "demagógica" es impune, y a menudo proporciona ganancias (al demagogo o a la demagoga). Legalmente no lo podemos impedir, estamos imposibilitados. El único correctivo es hacerlo público, que no se dejen engañar, cuando menos en masa y todo el tiempo".
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