El Gobierno aprobó la semana pasada un conjunto de medidas dirigidas a corregir estas ineficiencias; en concreto, a reducir la dualidad en la contratación y a reforzar los instrumentos de flexibilidad interna de las empresas. Para ello, se ha optado por modificar algunos de los elementos del sistema en vigor, aunque sin cambiar los aspectos más sustanciales del mismo.
En especial, el sistema de negociación colectiva ha quedado fuera del ámbito de la reforma, lo que limita el alcance y la eficacia de la misma, pues la interacción de esta pieza institucional con el sistema de contratación laboral es un determinante fundamental de la capacidad de ajuste del mercado de trabajo.
La tramitación parlamentaria debería aprovecharse para introducir una mayor claridad en la redacción de las medidas de fomento de la contratación indefinida, que evite interpretaciones restrictivas y fomente un impulso efectivo de misma. Pero lo que resulta más cuestionable es la imposición de nuevos límites a la temporalidad, sobre todo mientras no se mejore suficientemente la contratación estable.
En las condiciones actuales, con más de cuatro millones y medio de españoles en paro, es crucial mantener abiertas todas las oportunidades de creación de empleo y no perjudicarlas lo más mínimo, en tanto no se haga patente la efectividad de los nuevos canales de contratación indefinida.
Son dos ideas clave expuestas por Miguel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, en su comparecencia ante la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de los Diputados, el pasado 22 de junio. Puedes leer su intervención completa pulsando aquí.
El Congreso de los Diputados tiene la obligación de mejorar el proyecto del gobierno, calificado con SUSPENSO por todos los partidos políticos, excepto el socialista, empresarios y sindicatos. Para recuperar la asignatura pendiente, deben trabajar a fondo durante el verano para lograr al menos el APROBADO en Septiembre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario