miércoles, 25 de noviembre de 2009

CLIMATEGATE: El escándalo del cambio climático


El pasado 20 de noviembre se publicó la noticia de que un hacker había entrado en los sistemas informáticos de la Unidad de Investigación Climática (CRU) de la Universidad de East Anglia en Gran Bretaña, obteniendo más de 1.000 correos electrónicos y 3.000 documentos que se pueden consultar pulsando aquí. Los autores de estas cartas son científicos con gran influencia en el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Su lectura es demoledora para el prestigio de algunos científicos del cambio climático y demuestra que manipularon algunos datos para probar que el calentamiento global es una consecuencia directa de la actividad humana en el periodo de la industrialización. El debate sobre la calidad de la ciencia climática y la sostenibilidad de sus modelos está abierto.

Como ejemplo de la polémica, el Dr. Bill Gray, Profesor Emérito de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Estatal de Colorado opina que "No estamos en crisis climática" con los siguientes argumentos:

Pregúnten a diez personas en la calle si las actividades de la humanidad están causando el calentamiento global, y al menos ocho, responderán que sí. Esto es porque casi 20 años de exageración, por parte de científicos, ecologistas, políticos y medios de comunicación, y la falta de conocimientos de la opinión pública, han distorsionado el tema del origen humano del calentamiento fuera de toda proporción razonable. Muchos han creido que la película de Al Gore y su libro proporcionan pruebas irrefutables de que el calentamiento global es una amenaza real. Sin embargo, contrariamente a lo que se escucha de los defensores del calentamiento, hay pruebas considerables de que el calentamiento global que hemos experimentado en los últimos 30 años y en los últimos 100 años es, en gran parte, natural. Es imposible determinar objetivamente la pequeña cantidad de calentamiento inducido por el hombre en comparación con los grandes cambios naturales que se están produciendo.

Muchos miles de científicos de los EE.UU. y del mundo no aceptan la hipótesis antropogénica del calentamiento global tal y como ha sido presentada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en los últimos 15 años. Los medios de comunicación, en general, aceptan de manera acrítica los resultados del IPCC y sobrevalon los aspectos humanos de la amenaza del calentamiento. Las opiniones en contra de los escépticos del calentamiento muchas veces han sido ignoradas y sus motivos denigrados. El supuesto "consenso científico" sobre este tema es falso. A medida que la investigación sobre el impacto humano en el cambio de la temperatura global surge, más defectos se encuentran en su hipótesis. Las temperaturas globales han fluctuado siempre y seguirán haciéndolo, independientemente de la cantidad de gases de efecto invernadero antropogénicos que se emitan a la atmósfera.


Kevin Trenberth, Jefe de la Sección de Análisis del Clima del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, responde a Bill Gray en los siguientes términos:

La temperatura media global ha aumentado desde el siglo XIX, y especialmente desde la década de 1970. Las temperaturas han aumentado en casi todas partes de la tierra, y la temperatura del mar también han aumentado, lo que refuerza la evidencia. Sin embargo, el calentamiento global no significa que las temperaturas aumentan de manera constante o de manera uniforme debido a que la circulación atmosférica también cambia. Como Gray sugiere, la variabilidad natural del clima siempre ha existido y va a continuar operando. Pero ahora podemos demostrar claramente con modelos climáticos (y replicar esto en muchos países y grupos) que, desde 1970, el cambio climático observado está fuera del ámbito de la variabilidad natural. Algunos de los cambios derivados del calentamiento global puede ser benignos o incluso beneficiosos, tales como una mayor temporada de crecimiento para la agricultura.

Pero el calentamiento significa un aumento en las olas de calor que aumentan el riesgo de sequía y reducen la acumulación de nieve y los recursos hídricos, una gran preocupación en Occidente. También aumenta el vapor de agua en la atmósfera que conducen a tormentas y lluvias más intensas con mayor riesgo de inundaciones, algo que está sucediendo en los EE.UU. y en otros lugares. Por otra parte, como se ha señalado por el IPCC, hay pruebas claras de que el vapor de agua a nivel superior es cada vez mayor. La comprensión científica del cambio climático es ahora suficientemente clara para mostrar que determinados cambios globales y regionales son el resultado del calentamiento global. Gray acierta al criticar las deficiencias de los modelos climáticos globales, pero son la mejor herramienta que tenemos para examinar el clima en su enorme complejidad.



5 comentarios:

  1. yo no me creo nada de lo que dicen sobre que el cambio climático es por culpa de las emisiones...

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  2. Cuando se habla de energias renovables, entendiento estas como las no tradicionales ( Hidraulica...) sino como la fotovoltaica, eolica, etc, se nos vende la idea de que estas son más baratas y no contaminan, y nada más alejado de la realidad, la fotovoltaica por ejemplo, si su producción no estubiera subvencionada con un 500% no sería rentable y la fabricación de las placas de silicio contamina lo que no esta escrito, el cambio climatico es un estado de miedo inducido desde hace muchos años y del que estan viviendo mucho chupoptero y esta consumiendo muchos recursos economicos que deberian usarse para investigación y desarrollo, protección social, INVESTIGACION VERDE, etc.
    Y ya por supuesto, se les ha visto el plumero totalmente.
    Un saludo.

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  3. En el blog Desde el Exilio se puede ampliar la información sobre el escándalo del ClimateGate.

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  4. No se fíen de ningún estudio sobre el clima del planeta, por llamarlo de alguna forma, que no contemple el efecto de la actividad solar y que no realice cálculos termodinámicos.

    La radiación cósmica ióniza la atmósfera y produce nubes. Nubes que rechazan la luz solar hacia el espacio: más frío. Cuando hay actividad de manchas solares, la radiación cósmica se desvía y se forman menos nubes: menos reflejo de luz del sol al espacio y más calor. (No me extiendo más, dejo la idea).

    La Tierra no es un invernadero. Una cosa es que la atmósfera, sobre todo el vapor de agua y el metano, hagan de "efecto invernadero" y otra es que lo sea. (Lo del CO2 es algo grotesco, se mide en partes por millón, casi no existe, aunque ese mercado de CO2 es el negocio de todos los negocios, sobre todo para los que tienen muchas centrales nucleares).

    La Tierra no está cubierta de cristal o plástico en la estratosfera que reboten las ondas largas de calor hacia dentro. La Tierra bombea calor hacia el exterior donde reina el cero absoluto, los 273 grados centigrados bajo cero, eso es mucho frío. Es decir, el planeta tiende a congelarse en menos que canta un gallo.

    Ahora han descubierto que un volcán de Sumatra, hace 70.000 años, cubrió con sus cenizas el cielo y no dejó pasar toda la radiación solar: se produjo en seis años una glaciación que duró 1.800 años y que casi acaba con la vida en el planeta.

    Los calentólogos venden bien su mercancía porque mucha gente confunde contaminación, sobre todo en los nucleos urbanos (donde sí suben las temperaturas por la masa de gases, con calentamiento del planeta. Es muy difícil que el ser humano pueda calentar o enfriar el planeta, salvo que recurra a lanzar bombas nucleares a mansalva y sobre todo, en los polos.

    Y que nadie olvide otra cosa: el ser humano proviene de Africa, está hecho para aguantar el calor, le basta sudar, no para aguantar el frío, no es un lobo peludo que no suda. Con el frío, no hay cosechas, hay hambrunas. A las plantas les gusta mucho calor (mucha vaporización de agua de los mares, que por cierto, al vaporizar se enfrían, se autoregulan) y mucho CO2.

    Pero, ¡qué negocio!. Es más, diría que para muchos incautos, es una religión.

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  5. La Universidad británica de East Anglia ha decidido que Phil Jones, director de la Unidad de Investigación Climática y miembro del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU, dimita hasta que concluya la investigación que ha emprendido dicha universidad a raíz del escándalo que ha provocado la filtración de tales datos. Puedes leer la noticia en Libertad Digital

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